Llevamos años estafándonos unos a otros y ahora que nos tenemos que apretar el cinturón vienen las quejas y las manos a la cabeza.
No sé en otras ciudades, pero Jaén, al ser tan pequeña, el sitio ideal para enterarte de la vida privada de la gente es las paradas de los autobuses. Sobre todo si es gente que va en la misma línea que tú y lo coje a diario, y básicamente porque todo lo hablan a gritos, es imposible no enterarte.
Hoy al medio día cuando yo estaba en la parada, he escuchado a una señora y he sentido vergüenza ajena.
Resulta que a esta señora le ha dado un tribunal médico un 52% de minusvalía por un supuesto problema en las piernas y en 2 años le darán un 100%. Como podéis imaginar le está totalmente prohibido trabajar. ¿Y sabéis qué? Que va todos los días por las mañanas a trabajar a un domicilio particular (todo esto contado por ella).
Entenderéis que me haya quedado de piedra, básicamente porque a eso se le llama estafar, robar o como queráis, pero en definitiva se está aprovechando de un sistema que seguramente repudie y está timando a todos los que pagamos nuestros impuesto y ganamos nuestro sueldo honradamente.
Y lo más triste de todo es que por aquí hay infinidad de casos como este y peores y sin ánimo de ponerle freno.
Luego son este tipo de gente los primeros que salen a la calle a protestar por todo, pero cuando están recibiendo un dinero sucio no dicen esta boca es mía.
Qué tristeza de país.
