Dicen que la confianza da asco y empiezo a pensar que es verdad.
No es posible que las mismas personas que se supone que confían en ti sean las primeras que te tiran por tierra a las primeras de cambio.
Hoy en día no te puedes fiar de nadie, pero de nadie nadie.
Son como las abejas que revolotean a tu alrededor hasta que te descuidas y te pican el veneno.
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