Por circunstancias de la vida he conocido a una persona
que está enferma, pero enferma de verdad, que te hace recapacitar en muchas cosas. En realidad ya la conocía
fugazmente, pero ahora voy a pasar con ella un tiempo que me dará la oportunidad
de conocerla mejor.
Esta mujer tiene una terrible enfermedad que la está
consumiendo por dentro. Solo el hecho de reírse la hace retorcerse de dolor. No
puede uno ni imaginar lo que está padeciendo.
Y conocer a alguien así te hace pensar en cuan egoístas
somos las personas. Solo pensamos en nosotros mismos.
No hay nada más terrible en el mundo que ver sufrir a
alguien cercano que quieres o aprecias.
Pero ella nos da a todos una lección de fortaleza
saliendo a la calle al cafelillo de media mañana, despacito pero con buena
letra (como dice el refrán).
En este viaje sin retorno hay que intentar sacar algo
menos negativo de la situación e intentar pensar en que nos dedicamos a cosas
que no tienen importancia y que cualquier “cosilla” que nos pase no es lo peor
del mundo, que hay personas que están peor y con enfermedades que de verdad
necesitan toda nuestra atención.
Dejemos de mirarnos el ombligo, alcemos la vista y
ampliemos horizontes, dejemos el egoísmo en un bote bien tapado y escondido y
abramos nuestro corazón a estas personas que nos regalan el suyo con cualquier
gesto hacia ellos.
Que grande eres y que grandisimo corazon tienes siempre preocupandote de los demas.Besazos Madadita
ResponderEliminarGracias pequeña.
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