20 octubre 2015

¿Machistas, mandonas o simplemente memas?

Hoy he escuchado a dos señoras en el autobús que me han dado ganas de decirle un par de verdades.


Resulta que las susodichas iban quejándose amargamente del tema "que los maridos ayuden en casa". Decía una que anoche su marido hizo la cena, tortilla con jamón y que cuando ella entró en la cocina y lo vio con la sartén que no se pega y la espumadera de metal intentando darle la vuelta a la tortilla le dijo a voz en grito ¡¡¡me cago en la madre que te parió ¿qué haces con eso que me vas a rallar la sartén?!!!
Y otra de las batallitas que cuenta es del sábado, cuando el marido intentó ayudarla a limpiar el salón, la misma señora se puso como un basilisco porque el hombre llevaba el recogedor en la mano a la misma vez que iba barriendo. Que hay que ver que pecado tan grande es eso, cárcel como mínimo. Como ya podéis imaginar ella, como muchas mujeres hacen, en vez de de explicarle las cosas terminó cogiéndole el recogedor y el cepillo y diciéndole el típico "¡trae, que ya la hago yo!".

Como es de imaginar el hombre la dejó por imposible y se fue de su casa supongo que para no tener que aguantarla.

Todo esto lo cuentan públicamente porque en esta sociedad enferma siempre se le da la razón a la mujer, cosa que yo nunca entenderé.

Os confieso que no me entra en la cabeza como las mujeres podemos legar a ser tan absurdas, que más dará que barras con la mano izquierda o derecha, con fregona blanca o verde, con plumero o con trapo...si queda limpio igual.

Lo que de verdad hay que hacer es concienciar a los hombres ayudándoles, enseñándoles y explicándoles como haces las cosas, igual que nuestras madres han hecho con nosotras, con paciencia y sin gritos ni histerias.

Hasta que nosotras entendamos que este no es el camino los hombres seguirán "pasando" porque nosotras no los dejamos.

Cambiar no es nada malo.

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