Se que hay mucha gente que lo descubrió hace años, pero me
apetece recordarlo. Se ha perdido el espíritu de la Navidad.
Cuando yo era pequeña la Navidad era para estar de
vacaciones, ver las luces de las calles y los escaparates, estar con la
familia… si había regalos era lo mejor del mundo.
Hoy en día la Navidad es consumo, gasto, quejas, peleas,
hipocresía.
No concebimos estas fechas sin gastarnos un dineral en
comilonas, sobre todo si el familiar de turno gasta 5, yo tengo que gastar 10.
Los niños ni disfrutan de sus regalos, siempre tienen algún
defecto que sacarle al juguete. En vez de cambiarles la cara de felicidad
cuando rompen el papel, se quejan de que no les gusta el color o que al
compañero de clase le han regalado algo más grande y más caro, eso si no han
roto el juguete antes de quitarle el papel.
Ayer vino a mi casa una personita muy especial para mi a
colocar los adornos de Navidad y lo bien que se lo pasó y su carita de alegría
vale por todos los regalos del mundo.
Feliz navidad amiguita jajaja
ResponderEliminarIgulamente torrezna ;o)
ResponderEliminarNo queda nada de aquellas Navidades en las que era feliz, en las que las luces, la familia, el Especial Vacaciones en B/N nos entretenía en la tele frente a la chimenea, cuando el cierzo helado no nos dejaba salir a la calle por la tarde.
ResponderEliminarEn las que fabricábamos los belenes los niños de la casa, en las que comprar espumillón en tres colores era una fiesta, en las que escribir y recibir postales de gente querida era una alegría...
Hoy ha cambiado todo, solo es posible mantener ese espíritu cuando los niños son muy pequeños, cuando aún no son conscientes de el acoso mediático de las compra; o con mucho esfuerzo, cuando, ya crecidos, te piden que vayamos al puesto de todos los años a comprar una figurita más conque hacer crecer el belén.
Quizá la culpa es de los adultos, por no haber sabido preservarles bien de ello e imbuirles con los mismos sentimientos (rectifico: de ALGUNOS adultos, entre los que me incluyo, porque habrá quien sí sepa hacerlo, de hecho tú lo explicas), pero bueno, el entorno no nos lo pone facil, aunque suene a excusa.
Habrá que esforzarse más, quizá desempolvando sentimientos del alma.
Gracias por la entrada.
Un beso,
R
Es culpa de los adultos, de eso no hay duda. Hemos convertido unas fiestas familiares en peleas y dinero gastado.
ResponderEliminarUn beso R y gracias por seguir el blog.